No sabía que era importante,
esos regaños que de inmaduros merecimos,
palabras sabias que algún momento tuvieron que calar.
Creí que no era importante,
que aunque el tiempo pasara algunas enseñanzas siguieran,
sus sonrisas puras dijeran,
una que otra cosa buena.
Ignoré lo importante que era,
no huir porque aun sentía pena,
de algunas tonterías que un día hiciera.
Hoy sé lo importante que era,
solo al cielo pido para ti mucha fuerza,
y un alma pura y sincera,
palabras, hechos y vida que en ti tiene que madurar.