Ya partiste completamente y volaste sin regreso,
espero en este mundo espeso que todo para ti sea bueno,
tantas veces te he dado adioses entre tus tonterías y las mías,
pero nunca dejará de hacerme falta un gran amigo que tenía.
Como siempre a cada llegada, esperaba al menos verte por un momento,
aunque después la inmadurez floreciera,
reconfortante era escuchar tu palabra y sentir tu sonrisa.
Gracias al universo por haberte permitido en mi mundo con heridas de aprendizaje incluidas,
abre tus alas que el cielo es infinito.